viernes, diciembre 21, 2007

La policía vela por nosotros...

Voy a salirme de la línea autoimpuesta que lleva mi blog de publicar sólo relatos y voy a contar una divertida cosa que me ha pasado ahora mismo. Todo viene de que a una persona le llegó un mensaje aparentemente mandado desde mi móvil. Yo, conocedor de que ese mensaje no lo había escrito yo, llamé a telefónica para decirles lo sucedido. Después de ver en los movimientos de mi tarjeta que, obviamente, no había mandado ese mensaje me denegarón conocer la procedencia, pero me indicaron amablemente que si lo denuncio a la policía a ellos les dirán el móvil desde el que fue mandado (o la ip del ordenador que lo mandó). Con éstas me presento en la comisaría de mi querido pueblo a presentar una denuncia. De primeras, el aguerrido agente que estaba recibiendo a la gente me intenta convencer de que eso es una chiquillada, que no hay delito ahí. Vamos, que no denuncie, que está muy feo eso de gastar un formulario para poner una denuncia que no incluya 35 asesinatos. Pero sigo en mis trece y le digo que aún así quiero poner la denuncia. Bueno, pues después de esperar un ratejo considerable me meten en la oficina de denuncias... ¡Tchanananán! una vez ahí dentro pensaba que no habría más obstáculos, pero no, el agente de la entrada era como esos masillas que salen en las pelis de lucha antes de llegar el "gordo". Bueno, empiezo a exponerle mi caso y una vez me ha escuchado el buen hombre me dice que eso no es denunciable, para lo cual me puso un bello ejemplo. ¡Qué digo ejemplo, parábola!:

- Mira, la mujer que se acaba de ir ha denunciado que le han robado una matrícula (pausa para enseñarme la denuncia. Curioso esto de que enseñen las denuncias de la gente). ¿Ves? Una matrícula es algo, tú no puedes denunciar nada.

- Verá, como ya le he contado, alguien se ha hecho pasar por mí mandando un mensaje como si fuese desde mi número.

- Ah, entonces te vas a denunciar a ti mismo, porque sale tu móvil. (poco a poco, la idea que intento transmitir va entrando en su cabeza, pero al hombre le cuesta).

- No, vamos a ver. Quiero denunciar que alguien ha suplantado mi identidad. El padre de un amigo mío fue comisario en Murcia y me ha dicho que está todo correcto.

-Y si se ha inventado la persona que te lo ha dicho que le han mandado el mensaje (pausa para llevarse el índice a la cabeza otorgándose así un gran aire de sabiduría).

- Verá, no creo que...

- No creo, no creo... Las cosas hay que saberlas. Tienes que traernos pruebas (¿entonces el trabajo policial en qué consiste?) Además, sólo ha sido un mensaje, ¿no? Si es sólo una vez no es delito.

- ¡Maravilloso! ¿Entonces si robo sólo un coche no pasa nada?

- Tú es que no quieres entender nada o yo soy tonto (me inclino por la segunda opción) ¡Si hasta te he puesto el ejemplo de la matrícula! (en este momento la denuncia dejó de ser mi principal preocupación que paso a ser el conseguir no reírme)

Aquí el buen hombre se levanta iracundo, sale del despacho y empieza a relatar mi caso a los tres rumanos que habían detenidos y al primer agente. Dicho esto entra el primer agente a hablar conmigo.

-Mira hijo, no te preocupes. No te va a pasar nada. Y yo te prometo que no van a haber más mensajes de esos (Oráculo dixit)


¡Genial! La escena de poli bueno, poli malo llevada al culmen. Y sin paliza ni nada. Jo, así da gusto.

- Bueno agente, si es que es muy fácil lo que digo. He hablado con telefónica, ellos saben quién lo ha hecho, sólo tienen que llamar ustedes y se lo dicen.

- Ah, bueno. Pero es que eso no es tan fácil, para que telefónica nos de esos datos hay que rellenar un formulario....

No, si mirándolo así es muy chungo. Mira las vueltas que me dais a mí por no rellenar uno. Al final me he ido ante la inutilidad de mi intento y de los agentes. Pero voy a ir a otra comisaría. No todos los policías tienen que ser así. ¿No?

Ah, señor agente, esto es lo que quería denunciar:

Código Penal (español) art 197:
DELITOS CONTRA LA INTIMIDAD, EL DERECHO A LA PROPIA IMAGEN Y LA INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO.
CAPÍTULO I.
DEL DESCUBRIMIENTO Y REVELACIÓN DE SECRETOS.
Artículo 197.
1. El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales o intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses.

sábado, noviembre 17, 2007

Reborn

Un estanque de agua cristalina, donde el sol refleja su brillo y casi deslumbra. Completamente desnudo nado y juego en el agua. La sensación que siento podría llamarse placer. De repente, una corriente me arrastra hasta el fondo. La primera reacción es dejarse llevar por si esa corriente parase; pero no lo hace, cada vez aspira más fuerte, tanto que la luz comienza a atenuarse por la profundidad. Intento nadar hacia arriba, pero la succión es más fuerte que yo. La falta de oxígeno me hace perder la consciencia de una forma tan gradual que no puedo distinguir la realidad de los pensamientos. Una nana llena mi vacío, meciéndome en los recuerdos de la única parte de mi vida en la que fui feliz. Ya no queda oxígeno en mis pulmones ni lucha en mi cuerpo y poco a poco me precipito a ese vacío abisal. Sólo hay oscuridad a mi alrededor y la falsa sensación de estar flotando. Mis ojos se abren ante el choque con el fondo. Mi mente se libera y mi cuerpo reacciona. Me impulso hacia arriba.

Sube.

En la oscuridad se ve una luz al final.

Sube.

¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?

Sube.

La luz se agranda y mi fuerza aumenta.

Sube.

Salgo a la superficie, cojo una gran bocanada de aire.

Respira.

miércoles, septiembre 26, 2007

Aeren y el Dragón

Se vio a sí misma en una oscura estancia bañada en una densa bruma. Poco a poco dejó de ver una visión y comenzó a sentir, como quien despierta de un profundo sueño y aún no sabe si duerme o es consciente. El ambiente era cálido, tanto que la bruma comenzaba a condensar sobre su fría piel. El desagradable olor a huevo podrido del azufre penetraba por su nariz, generando una sensación de angustia que le hizo cubrirse con las manos. Fue entonces cuando ella miró a sus manos y descubrió que estaban presas por una argolla unida a una cadena, ésta clavada al suelo por una colosal espada. El resto de la estancia estaba sumido en la oscuridad. Entre las sombras se veían dos ojos, con un iris rojo intenso sobre una retina azabache. La bruma se movió a través de una corriente de aire, como si el vacío se hubiese hecho en alguna parte por debajo de los ojos y entonces una gutural voz llenó la estancia:

“Bienvenida seas, por ventura te he encontrado y al fin podré darte la vida que mereces”

Conforme pronunciaba la frase los ojos se acercaban hacia Aeren y se iba descubriendo la faz de su dueño. De entre la niebla apareció una cabeza de forma equina, cubierta de escamas negras. Los ojos, con una expresión ligeramente caída, ofrecían una imagen de imperturbabilidad y sabiduría, no resultando agresivos. La voz era solemne e invitaba a escuchar y aprender, pues no parecía haber lugar para la duda en ese trueno.

El dragón surgió entonces en toda su grandeza, y paseó alrededor de la joven. Dio una vuelta lentamente y con un andar elegante. Al finalizarla paró de frente a la chica y extendió sus alas dando la sensación de estar desperezándose tras un largo sueño. El dragón se tumbó entonces, la luz roja de sus ojos sin párpados se fue apagando hasta quedar un pequeño punto rojo. Aeren quedó paralizada, sin saber que hacer. Más que temor sentía curiosidad; aquel lugar le resultaba agresivo, y el dragón, pese a no haber creído nunca en ellos, no turbaba su pensamiento. Preguntó varias veces al dragón, antes de cansarse de no obtener respuesta alguna. Se dedicó a observar la estancia, y llegando tan lejos como le permitía su cadena fue descubriendo lo fascinante que le resultaba todo lo que allí había. Tras varias horas de inspección se tumbó junto a la espada y lloró.

Cuando Aeren despertó, donde el día anterior estaba acostado el dragón encontró un pequeño pilar de piedra coronado por una bola de cristal. Se acercó a tocarla y escuchó de nuevo la voz del dragón. Venía de detrás suya:

“Espero que hayas dormido bien. Éste es un pequeño regalo a través del cual te enseñaré a ser tú misma. Has vivido presa de lo que te han enseñado, presa de lo que te han dicho que debes ser. Conmigo descubrirás la libertad, y con ella la felicidad.”

“Quiero volver con los míos”

“Ah… Los tuyos. Mira atentamente a la bola, querida. Verás a los tuyos”

Aeren se acercó a la bola y vio como una azulada bruma iba dando paso a una serie de imágenes, como pequeños clips, de cada uno de sus seres queridos. En cada uno de ellos encontraba una escena que resultaba ofensiva para ella misma.

“Observa cómo disfrutan. Mira como tu ausencia no les ha afectado, ni se han dado cuenta de que no estás. Ellos son felices sin ti, lo único que hacen es frenar tu vida.”

El dragón comezó a hablarle de aquel lugar. De cómo la había buscado desde que nació para llevarla a ese oasis de felicidad, por encima de la vida terrena. Allí ella podía ser ella misma y más aún. Podía vivir todas las situaciones que quisiese, pues esa bola era un portal hacia un mundo inferior, del que ella venía, con una diferencia: ahora ella elegiría. Aeren se dio cuenta de que no había prácticamente duda en su interior. Todo lo que escuchaba sabía que era cierto; la voz del dragón parecía ser una materialización de su propio pensamiento, no dejando lugar a preguntas. Ni siquiera le preguntó en todo el tiempo que estuvieron juntos su nombre, aunque esa quizás hubiese sido la única pregunta que pudiese ayudarla.

“Mira ahora a la bola, e imagina una situación cualquiera de tu vida y mejora lo que no te guste.”

Aeren miró a la bola y se imaginó a sí misma en un día cualquiera. Vio un montón de tareas que hacer en su casa y deseó no tener ninguna. Apareció entonces la imagen de ella misma acostada en su cama. Parpadeó. Tras el parpadeo se encontró tumbada en la cama, como se había visto en la bola. Escuchó como su madre la llamaba para hacer las faenas del hogar, pero ella salió corriendo de la casa y fue en busca de diversión. Cuando acabó el día durmió plácidamente y, al despertar, se encontró de nuevo en la guarida del dragón.

“Ha sido agradable, ¿verdad? Hoy puedes probar algo más atrevido”

“No lo creo, cuando vuelva posiblemente estén bastante turbias las cosas y no podré divertirme”

El dragón dijo en tono comprensivo:

“En mi reino no existen las consecuencias. Haz lo que desees en cada momento, pues nunca tendrás que arrepentirte de nada. ¿Acaso alguien te ha ofrecido algo más maravilloso en tu vida?

Entonces ella empezó a vivir auténticas aventuras. Fue haciendo poco a poco cosas que jamás se habría imaginado haciendo en su anterior vida. Cada día era increíble y siempre volvía a la guarida sin ningún temor, pues al día siguiente todo estaría bien. Pero un día despertó llorando.

“¿Qué ocurre? ¿Qué cosa que deseas te hace llorar? ¿No te has dado cuenta aún de que puedes tener todo lo que quieres?”

“Un amigo me increpó por actuar alocadamente. Yo le golpeé y ahora tiene una brecha en su cara.”

El dragón rió sardónicamente. “Pero niña…¿No ves que hoy ya no tendrá señal alguna?”

Aeren quedó convencida y volvió a mirar la bola. Pasó un tiempo inconmensurable de diversión. Aunque a veces, sin saber muy bien por qué, se sentaba junto a la espada y lloraba. Eso era lo único que manchaba su placer. Eso, y el peso de la cadena. Cada día parecía más pesada…

En uno de sus viajes, pasó un día especialmente bueno con el amigo que una vez golpeó. Tras una mañana y una tarde de risas y juegos, decidieron descansar por la noche mirando las estrellas.

“Siento haberte golpeado aquel día”

En cuanto pronunció las palabras, se dio cuenta de su fallo. Se le quedó la cara congelada en un rictus espectativo.


”No pasa nada, ya hace mucho”

Aeren quedó boquiabierta. “¿Cómo puedes acordarte?”

“¿Me estás vacilando? ¡Esa piedra era casi tan grande como mi mano! Para no acordarse…. Pero no pasa nada, la cicatriz casi no se ve ya. ¿Estás bien? Pareces preocupada”

Miró entonces a su frente y vio la fea cicatriz que había dejado. Miró al cielo y vio como se retorcía sobre sí mismo. Las estrellas se arrollaban en espirales que fueron creciendo hasta afectar también a laguna que había a su lado e incluso a la roca en la que estaba sentada. Todo se desvaneció y perdió el sentido

Se despertó en la guarida, de frente al dragón.

“Me engañaste, todo lo que he hecho a pasado de verdad. No hay lugar alguno para la fantasía. Me has convertido en un monstruo, ¡sácame de aquí!”

Jactancioso, el dragón dijo: “¿Quieres salir de aquí? ¡Pues mira la bola!”

Aeren se vio por primera vez presa. Cogió la espada que clavaba la cadena al suelo. Recordó imaginarla muy pesada, pero ahora era ligera como una pluma. La alzó con violencia y la clavó en el pecho del dragón. Un tintineo de cristales cayendo resonó en la estancia y Aeren vio la espada clavada en un espejo. Un espejo que la reflejaba a ella,… o a alguien muy parecido. La expresión de la cara no la reconocía, pero sí las facciones. Los ojos enfocaban penetrantemente hacia el frente, como un depredador; las cejas arqueadas en un gesto hostil hacían aún más agresiva aquella mirada. Los labios se encogían hasta ser una fina línea en la boca, dando una expresión de crueldad que la sobrecogió. Aquella cara era la suya, pero llena de odio e ira, de deseo y egoísmo. Para aquella cara desde luego no habían habido consecuencias nunca. La imagen terminó de fragmentarse en pequeños trozos de cristal y una ola de realidad recorrió la sala. En un parpadeo ya no estaba en la guarida de un dragón, sino en el aseo de su casa, mirándose al espejo. Secó las lágrimas que habían en su cara y salió de su casa.

Caminaba sonriente por la calle. Ya no había dudas en su cabeza, pero no porque estuviese inmersa en sus deseos, sino porque había encontrado el equilibrio. Ahora era capaz de ser feliz y al mismo tiempo hacer felices a los que quiere.

Nota: Este relato es mi forma de hablar de cómo las personas desarrollamos una doble vida a través de la cual vamos realizando las cosas que en verdad no deseamos hacer en la nuestra propia. Algunas personas se aferran más a esta personalidad alternativa y eso se convierte en un problema, pues llega a tomar más peso en su propia vida que lo que ellos mismos son. Si somos capaces de repudiar de este lado malo seremos libres de vivir nuestra vida.

martes, mayo 29, 2007

Winds of Change

Despertar. Amanece, la luz entra por la ventana y me levanto lleno de energía. Pero no reconozco nada de lo que hay a mi alrededor. ¿En esas ásperas sábanas duermo yo? Miro mi armario y hay ropa que nunca elegí; busco recuerdos y no me reconozco en ellos. Apuntes de algo que ni siquiera sé lo que es pueblan mi escritorio. Miro al espejo y no sé quién hay delante... ¿Quién me ha traído aquí? ¿Cuándo elegí esto? Solamente sé una cosa, que esta no es mi vida ni mi lugar. Voy al armario, cualquier ropa vale, sólo será algo temporal. Pero los zapatos sí que importan. Necesito unos para andar, pues si algo sé de mí mismo es que estoy muy lejos de aquí. Ordenaré y acabaré esos apuntes inconclusos, tiraré las sábanas de mi cama y pondré unas nuevas, me pondré esas botas y caminaré... hasta que me encuentre.

martes, mayo 01, 2007

Locura

Últimamente no tengo muchas ganas de escribir, de modo que he rescatado un escrito que hice hace bastante tiempo. Es de las pocas cosas "no tristes" que he escrito y me recuerda como todos los problemas pueden ser eclipsados por un sentimiento superior. No es un buen relato, ni siquiera lo llamaría así, pero refleja ideas y sensaciones bastante personales.

LOCURA

Sin más motivo que la curiosidad por conocerme, comencé este viaje, un viaje al interior de mi mente. Metido en un pensamiento aparecí frente a una forma armoniosa, en apariencia perfecta. Pero tal armonía no era más que la materialización del caos. Millones de pensamientos chocaban entre sí, para rebotar y salir depedidos en direcciones diferentes, siempre en un continuo cambio. Hilos de ideas tejían un ovillo de existencia que dista mucho de la realidad establecida. Una mente, una realidad diferente. Los rectos caminos de la razón eran curvados y retorcidos por las emociones, formando unos nudos de verdades que bien podrían llamarse mentira. La lógica, siempre tan recta y aburrida, adquiría mil formas por la atracción de los sentimientos. Una mente tan rígida en el pasado había devenido en un amasijo mutable y cambiante, pero que siempre conserva una forma exterior, como una esfera de cristal llena de agua. Seguí mi viaje descendiendo hasta donde nacen los sentimientos, y descubrí que era el amor el que había roto la cadena que ataba mi mente a tierra y ahora flota a la deriva, rodeada de una oscuridad tangible y al mismo tiempo vacía. Mi mente bailaba en la oscuridad, rodeada por un halo de luz que no era más que el destello producido por mi corazón. Y así, como una luciérnaga en la noche, la esfera deambulaba sin un rumbo fijo, sin otra luz ni faro que la guíe. Pero surgió otra luz, igual de perdida, y con un brillo intermitente, que proyectó un lumínico haz sobre mí, y sin otra cosa a la que mirar marcó mi destino. Ya avanzaba sin oscilar, con un rumbo fijo, en línea recta como lo hacían los pensamientos de la razón antaño, pero no era ésta el motivo. Eran los sentimientos el guía en la oscuridad de mi locura. Y así las dos luces chocaron en la oscuridad, y todo quedó iluminado, y ya nunca más hubo vacío, todo eran bellas formas nunca antes vistas, iluminadas por vivos colores. Al final de la locura encontré la luz, y en ella desapareció el vacío de mi existencia.

jueves, abril 05, 2007

Día de festejos y celebraciones

Pues eso, este post es únicamente para confirmar la celebración de mis 24 primaveras. El día exacto es el 12 de Abril, pero por conveniencia de horarios para la gente no universitaria ni con vacaciones en las fiestas de Murcia se celebrará el sábado 14. La celebración consistirá en la genuina barbacoa cumpleañeril que llevo haciendo desde hace años: Se hará una barbacoa, acompañada de unas refrescantes cervezas y vino de barril; cuando todo eso se acabe, pues botellas de ron y whisky y luego al Empalme (o mejor oferta) para continuar la celebración por la tarde/noche.

Quien lea esto (y me conozca al menos) está invitado a tal evento.

Id confirmándome los que asistiréis

martes, marzo 06, 2007

Inconfesiones

Bueno, pues a continuar eso de las 6 cosas inconfesables:

1.- Si me gusta una película o un libro puedo verla o leerlo infinidad de veces. De hecho, cuando era un tierno infante de 4 primaveras recuerdo poner una película llamada "El planeta de los dinosaurios", acabarla, rebobinar y volverla a poner una y otra vez para desesperación de mis padres y sus visitas. También revisionaba "La princesa prometida" y "Cavernícolas"

2.- Mi primera experiencia sexual fue con... 5 años. Ella tenía 4 y me dijo de jugar a los médicos. Menos penetración ocurrió casi cualquier cosa. Después de eso me tiré unos 2-3 años pensando que iba a ir al infierno.

3.- También de niño he sido monaguillo. Sé que ahora no me miraréis igual, pero así fue. Y no hay más que decir respecto a esto...

4.- En lo más profundo de mi ser soy freakie. La Guerra de las Galaxias me caló en su momento y más tarde el Señor de los Anillos.

5.- No soporto a las cucarachas. De pequeño se me paseó una por la cara y desde entonces me parecen el ser más repulsivo que existe. Ahora lo controlo más o menos, pero antes no podía dejar de mirar a los lados si sabía que había una cucaracha cerca.

6.- Lo de la alergia al pescado es un invento. No me gusta desde pequeño desde que comí ese dantesco bocata de atún, pero no me provoca nada más allá del asco. Lo que pasa es que la experiencia me ha demostrado que si digo eso luego viene una incómoda conversación en plan: "pero éste no lo has probado, ¡cómetelo anda!" o "si esto no sabe casi a pescado, come, come.." En fin...

Bueno, paso el marrón a los dos inactivos ( Vane y Pedro ),a Jorge y a... Sometimes?

Sometimes sé que hizo algo similar con los hábitos, pero esto va de cosas inconfesables :)

jueves, febrero 08, 2007

Agua

Bueno este es un post un poco filosófico donde intento mostraros una forma de agrupar a las personas según su forma de comportarse en sociedad.

Antes de nada conviene hacer unas definiciones de las metáforas que voy a utilizar. Para empezar, voy a definir el agua como sentimientos, motivación, energía. La luz será el tiempo, el transcurso de los días, el constante devenir de nuestra vida. Y las personas pueden ser tres cosas básicas:

.-Dadores de Agua-> los que producen la energía. Esas personas que cuando están cerca tuya te levantan el ánimo. Hay de muchos tipos, pueden ser de agua pura o de agua contaminada dependiendo de la calidad de los sentimientos o pensamientos que despiertan en ti. También pueden ser lluvia, si afectan a muchas personas por igual, o fuentes, si solamente dan el agua a quienes están muy cerca de ellos. Son los más inmunes al sol y su luz, pero un exceso de calor puede secarlos.

.-Receptáculos-> son los que retienen el agua en su interior o la ceden a otra personas de su elección. Es la gran mayoría de la gente. Los cántaros de boca ancha se llenarán más rápidamente, pero también el sol los vaciará antes por evaporación. Los de boca estrecha, difíciles de llenar, pero una vez llenos mantienen el agua fresca en su interior. También pueden tener un agujero por el que escapa el agua. Son esas personas que por mucho que reciban siempre se sienten vacíos por dentro.

.-Los Consumidores de Agua-> Son las plantas, los que no aportan ni guardan el agua para otros. Personas que consumen todo el agua en sí mismos. Personas que buscan despuntar en la vida serán árboles grandes, que proporcionarán sombra y disminuirán la evaporación de los cántaros. También estarán las enredaderas, más perniciosas, que buscarán con sus raíces algún cantaro y cuando lo aferren nunca lo soltarán, vaciándolo de agua para vivir y resecándolo cada vez más hasta resquebrajarlo. Son las personas que necesitan someter a otras o sentirse queridas, robar agua, sin importarles el receptáculo del que la toman. Estos últimos son muy débiles ante la luz, pues en verdad necesitan del agua y no dudarán en arrastrar sus raíces a cualquier lado cuando el calor las reseque un poco.


Y ya de una forma un poco menos abstracta:

Los dadores de agua son gente que influye a los demás, gente que despierta admiración o simplemente simpatía.
La lluvia repartiría un poco de energía a todos cuando aparece, sobretodo a los impresionables de boca ancha (eso es malo cuando cae "lluvia ácida"). Es la típica persona que todo el mundo disfruta de su presencia y que parece que anima cuando aparece. Serán de agua pura cuando la energía que aportan contribuye al enriquecimiento como persona, a actuar de forma correcta. Serán agua contaminada cuando nos incitan a hacer cosas contraproducentes o dañinas para otras personas.
La fuente será la persona que por sus consejos, apoyo, amor... te motiva y te renueva de fuerzas para actuar. Si es agua pura, será una buena motivación, te empujará a hacer las cosas bien. Si es agua nociva te llevará a un mal camino.

Los receptáculos son esas personas que cobijan la energía y la transfieren a otras personas o dejan que se pierda inútilmente.
Los cántaros de boca ancha son las personas que dejan entrar cualquier cosa a su interior, personas que reciben todo lo que le dan los demás. La energía dura poco en ellos pues está expuesta a la evaporación y al ataque de las enredaderas. Además su personalidad es muy dependiente de los dadores de agua que tengan cerca, pues rara vez rechazan algo de lo que puede entrar en ellos.
Los de boca estrecha son esas personas selectivas que miran mucho de quién rodearse y escogen con precisión casi quirúrjica las personas a las que quieren cerca. Ellos garantizan la homogeneidad del agua que entra en su interior, si bien ellos mismos escogen si será agua pura o contaminada.
Todos los receptáculos pueden tener fisuras o agujeros provocadas por golpes con otros receptáculos, manantiales muy violentos o plantas que se les adhieran. Estas personas necesitan ser sanadas o nunca podrán acumular energía en su interior. Algunas fuentes son capaces de aportar barro que cierre sus heridas.

Los consumidores de agua son los últimos en hacer uso de la energía. En ellos acaba y se convierte en "materia".
Árbol es quien lucha por cumplir sus metas y la sombra que proporciona es el ejemplo de superación que transmite a la gente, lo cual les ayuda a mantener su energía. Los árboles, aunque parecen los más independientes, necesitan un cuidado especial. Pues un cántaro que ha tomado agua sucia puede vaciarse y limpiarse. Pero un árbol que bebe agua contaminada la incorpora a su ser, y crece manchado. Son personas que aunque quieran permanecer al margen de todo para cumplir sus metas, no pueden evitar verse marcadas por las personas que influyen en su vida y eso les orienta un poco en su camino (como el árbol que se inclina para que la luz del sol llegue mejor a sus hojas)
Enredaderas serán esas personas que se nos muestran necesitadas, o nos deslumbran con un encanto, y nos obligan a alimentarlas pues nos hacen responsables de su malestar y partícipes de sus logros. Suelen conocer cuál es el cántaro con agua pura y atacarlo a él; aunque también pueden beber agua contaminada, sienten predilección por la pura.


Y bueno, espero no haberos rayado mucho con esto. A lo mejor os parece propio de un libro de esos de autoayuda o "conócete a ti mismo", no lo sé; nunca he leído ninguno pero supongo que dirán cosas por el estilo. En verdad todos tenemos un poco de cada uno de los tres grupos, pero hay una tendencia dominante y ahí es donde debemos enmarcarnos. Seguro que habéis identificado a algún conocido con algún gupo, ésta es la utilidad que le veo a este agrupamiento (o quizás división): saber identificar a las personas que nos rodean y poder decidir cuáles nos conviene tener cerca. También decir que obviamente no es algo exacto, ni tan siquiera fidedigno. No soy psicólogo ni sociólogo, pero creo que he aprendido algo de moverme entre tantos y tan dispares grupos de gente.


EDITO: Por lo visto esta división de las personas o las ideas que trato de transmitir forman parte de un libro llamado "Las nueve revelaciones". Decir que no he leído dicho libro, pero cualquier parecido de metáforas o ideas (que parece ser es bastante) es fruto de la casualidad. Pongo esto porque ya van dos personas que han leído el susodicho libro y me han comentado dicho parecido.

jueves, febrero 01, 2007

Corona de espino

Me gustaría compartir con vosotros un soneto que escribió Tomás hace un año y medio inspirándose en mi particular manera de ver el mundo que me rodeaba entonces:


CORONA DE ESPINO

Sepelio de un cadáver que respira,
mazmorra de mí mismo, cuerpo inerte.
Cenizas y espejismos a mi suerte
le son torvo final de cuanto aspira.

Nacida de esperanza es la mentira
que folla con mi vida y la hace fuerte,
cadenas son la fe que de mi muerte
me priva desde el humo en el que gira.

Que todo cuanto emprendo acaba en nada
y nada es el morir que yo deseo
¡Corona con espino que me salva!

Y el hígado al llegar la madrugada
roído es, al igual que prometeo,
después regenerado con el alba.

Tomás.
Octubre 2005


Según me comentó el autor estuvo durante un mes o dos preguntándome infinidad de cosas y a pesar de mis totalmente inconcretas y ambiguas respuestas pudo hacerse una idea bastante aproximada de cómo era mi vida. Para los que gusten de la poesía verán que es un soneto perfecto en cuanto a métrica, rima y ritmo.

jueves, enero 18, 2007

Nemo, Rex Oblivii (ACTUALIZADO)

Siempre he tenido lo que he querido y nunca he querido nada. Qué divertidamente ambiguo puede ser nuestro idioma a veces, ¿verdad? Con está frase que vista desde una lógica formal significa una cosa e interpretada desde nuestro uso del lenguaje significa otra puedo resumir mi vida.He sido aventurero y cuidadoso, he sido sensato y alocado, rufián y caballero, extrovertido y el más tímido del mundo, he sido campeón y perdedor, optimista y depresivo... incluso alguna vez he sido yo mismo. He llevado mil máscaras que todo el mundo ha visto, pero nadie me ha mirado a esos ojos que nunca han cambiado. Y es que después de lo que llevo de vida nadie me ha conocido. Podéis preguntar a 100 personas que no habrá dos que no se conozcan y que os den una descripción idéntica. En cada grupo de amigos he sido alguien diferente. Puede que rescatando las cosas en común de cada uno se podría formar mi personalidad o al menos las partes fijas de ella.

Quizás por eso me siento tan vacío, puede ser que necesite que alguien sepa que existo. O quizás sea por la inapetencia que me dan las metas que me ofrece la vida. Hay gente que descubre un talento innato y lo explotan para ser los mejores. Hay otros que buscan la felicidad llegando tan lejos como puedan en experiencias acumuladas. Otros buscarán el amor en sus amigos o en su pareja. Yo todos esos caminos he empezado y ninguno he acabado, tan sólo una cosa no he dejado de hacer y es observar y conocer. Nunca me canso del conocimiento y aún siendo despreciable el poco que llevo acumulado es el suficiente para sentirme vacío, y cuanto más conozco mas solo me encuentro y menos ganas de seguir conociendo tengo. Pero sigo haciéndolo... ¿Quizás aún no he perdido del todo la fe en encontrar algo que me llene? No creo que sea eso. He sufrido el dolor de la esperanza al convertirse en traición, he visto como la fe en la amistad y el amor me han traído las puñaladas de la envidia y el deseo... no creo que queden muchas dudas en mi interior respecto a lo que espero de las personas. ¿Y qué caminos me deja la vida? ¿Seguir con la carrera que nunca tomé en serio? ¿Intentar alimentar algún talento largo tiempo olvidado? ¿Acumular aún más experiencias de las que la gente llama extremas? ¿Seguir sentado esperando que algún día me encuentre el amor?

Yo podría intentar ser feliz en la antigua Grecia, dedicando mi vida a la filosofía y al arte de la discusión. Podría sentirme a gusto en el Medievo, cuando no había documentos que te atasen y podías dedicar tu vida a vagar por los caminos de pueblo en pueblo sin nada más que tu ropa y tu ingenio. Pero nada de eso puedo hacer y quizás haya que tomar la decisión menos egoísta, que es el seguir el camino que nos ha marcado la sociedad e intentar ser el mejor en lo mío. Sacarme mi carrera y ser un brillante ingeniero y una buena persona, quizás así no tenga la felicidad pero sí pueda ayudar a encontrarla a quienes me quieren... O quizás sea eso mismo la felicidad.


Actualización: Pues no, me equivocaba. Hay que descubrir primero quién eres y si los caminos impuestos no forman parte de tu naturaleza, abre nueves sendas para llegar a tu lugar. Mucha gente que se ha sentido así descubrirá que hay más de lo que el mundo nos enseña cuando vea el camino que has abierto.