Aeren y el Dragón
“Bienvenida seas, por ventura te he encontrado y al fin podré darte la vida que mereces”
Conforme pronunciaba la frase los ojos se acercaban hacia Aeren y se iba descubriendo la faz de su dueño. De entre la niebla apareció una cabeza de forma equina, cubierta de escamas negras. Los ojos, con una expresión ligeramente caída, ofrecían una imagen de imperturbabilidad y sabiduría, no resultando agresivos. La voz era solemne e invitaba a escuchar y aprender, pues no parecía haber lugar para la duda en ese trueno.
El dragón surgió entonces en toda su grandeza, y paseó alrededor de la joven. Dio una vuelta lentamente y con un andar elegante. Al finalizarla paró de frente a la chica y extendió sus alas dando la sensación de estar desperezándose tras un largo sueño. El dragón se tumbó entonces, la luz roja de sus ojos sin párpados se fue apagando hasta quedar un pequeño punto rojo. Aeren quedó paralizada, sin saber que hacer. Más que temor sentía curiosidad; aquel lugar le resultaba agresivo, y el dragón, pese a no haber creído nunca en ellos, no turbaba su pensamiento. Preguntó varias veces al dragón, antes de cansarse de no obtener respuesta alguna. Se dedicó a observar la estancia, y llegando tan lejos como le permitía su cadena fue descubriendo lo fascinante que le resultaba todo lo que allí había. Tras varias horas de inspección se tumbó junto a la espada y lloró.
Cuando Aeren despertó, donde el día anterior estaba acostado el dragón encontró un pequeño pilar de piedra coronado por una bola de cristal. Se acercó a tocarla y escuchó de nuevo la voz del dragón. Venía de detrás suya:
“Espero que hayas dormido bien. Éste es un pequeño regalo a través del cual te enseñaré a ser tú misma. Has vivido presa de lo que te han enseñado, presa de lo que te han dicho que debes ser. Conmigo descubrirás la libertad, y con ella la felicidad.”
“Quiero volver con los míos”
“Ah… Los tuyos. Mira atentamente a la bola, querida. Verás a los tuyos”
Aeren se acercó a la bola y vio como una azulada bruma iba dando paso a una serie de imágenes, como pequeños clips, de cada uno de sus seres queridos. En cada uno de ellos encontraba una escena que resultaba ofensiva para ella misma.
“Observa cómo disfrutan. Mira como tu ausencia no les ha afectado, ni se han dado cuenta de que no estás. Ellos son felices sin ti, lo único que hacen es frenar tu vida.”
El dragón comezó a hablarle de aquel lugar. De cómo la había buscado desde que nació para llevarla a ese oasis de felicidad, por encima de la vida terrena. Allí ella podía ser ella misma y más aún. Podía vivir todas las situaciones que quisiese, pues esa bola era un portal hacia un mundo inferior, del que ella venía, con una diferencia: ahora ella elegiría. Aeren se dio cuenta de que no había prácticamente duda en su interior. Todo lo que escuchaba sabía que era cierto; la voz del dragón parecía ser una materialización de su propio pensamiento, no dejando lugar a preguntas. Ni siquiera le preguntó en todo el tiempo que estuvieron juntos su nombre, aunque esa q
uizás hubiese sido la única pregunta que pudiese ayudarla.
“Mira ahora a la bola, e imagina una situación cualquiera de tu vida y mejora lo que no te guste.”
Aeren miró a la bola y se imaginó a sí misma en un día cualquiera. Vio un montón de tareas que hacer en su casa y deseó no tener ninguna. Apareció entonces la imagen de ella misma acostada en su cama. Parpadeó. Tras el parpadeo se encontró tumbada en la cama, como se había visto en la bola. Escuchó como su madre la llamaba para hacer las faenas del hogar, pero ella salió corriendo de la casa y fue en busca de diversión. Cuando acabó el día durmió plácidamente y, al despertar, se encontró de nuevo en la guarida del dragón.
“Ha sido agradable, ¿verdad? Hoy puedes probar algo más atrevido”
“No lo creo, cuando vuelva posiblemente estén bastante turbias las cosas y no podré divertirme”
El dragón dijo en tono comprensivo:
“En mi reino no existen las consecuencias. Haz lo que desees en cada momento, pues nunca tendrás que arrepentirte de nada. ¿Acaso alguien te ha ofrecido algo más maravilloso en tu vida?
Entonces ella empezó a vivir auténticas aventuras. Fue haciendo poco a poco cosas que jamás se habría imaginado haciendo en su anterior vida. Cada día era increíble y siempre volvía a la guarida sin ningún temor, pues al día siguiente todo estaría bien. Pero un día despertó llorando.
“¿Qué ocurre? ¿Qué cosa que deseas te hace llorar? ¿No te has dado cuenta aún de que puedes tener todo lo que quieres?”
“Un amigo me increpó por actuar alocadamente. Yo le golpeé y ahora tiene una brecha en su cara.”
El dragón rió sardónicamente. “Pero niña…¿No ves que hoy ya no tendrá señal alguna?”
Aeren quedó convencida y volvió a mirar la bola. Pasó un tiempo inconmensurable de diversión. Aunque a veces, sin saber muy bien por qué, se sentaba junto a la espada y lloraba. Eso era lo único que man
chaba su placer. Eso, y el peso de la cadena. Cada día parecía más pesada…
En uno de sus viajes, pasó un día especialmente bueno con el amigo que una vez golpeó. Tras una mañana y una tarde de risas y juegos, decidieron descansar por la noche mirando las estrellas.
“Siento haberte golpeado aquel día”
En cuanto pronunció las palabras, se dio cuenta de su fallo. Se le quedó la cara congelada en un rictus espectativo.
”No pasa nada, ya hace mucho”
Aeren quedó boquiabierta. “¿Cómo puedes acordarte?”
“¿Me estás vacilando? ¡Esa piedra era casi tan grande como mi mano! Para no acordarse…. Pero no pasa nada, la cicatriz casi no se ve ya. ¿Estás bien? Pareces preocupada”
Miró entonces a su frente y vio la fea cicatriz que había dejado. Miró al cielo y vio como se retorcía sobre sí mismo. Las estrellas se arrollaban en espirales que fueron creciendo hasta afectar también a laguna que había a su lado e incluso a la roca en la que estaba sentada. Todo se desvaneció y perdió el sentido
Se despertó en la guarida, de frente al dragón.
“Me engañaste, todo lo que he hecho a pasado de verdad. No hay lugar alguno para la fantasía. Me has convertido en un monstruo, ¡sácame de aquí!”
Jactancioso, el dragón dijo: “¿Quieres salir de aquí? ¡Pues mira la bola!”
Aeren se vio por primera vez presa. Cogió la espada que clavaba la cadena al suelo. Recordó imaginarla muy pesada, pero ahora era ligera como una pluma. La alzó con violencia y la clavó en el pecho del dragón. Un tintineo de cristales cayendo resonó en la estancia y Aeren vio la espada clavada en un espejo. Un espejo que la reflejaba a ella,… o a alguien muy parecido. La expresión de la cara no la reconocía, pero sí las facciones. Los ojos enfocaban penetrantemente hacia el frente, como un depredador; las cejas arqueadas en un gesto hostil hacían aún más agresiva aquella mirada. Los labios se encogían hasta ser una fina línea en la boca, dando una expresión de crueldad que la sobrecogió. Aquella cara era la suya, pero llena de odio e ira, de deseo y egoísmo. Para aquella cara desde luego no habían habido consecuencias nunca. La imagen terminó de fragmentarse en pequeños trozos de cristal y una ola de realidad recorrió la sala. En un parpadeo ya no estaba en la guarida de un dragón, sino en el aseo de su casa, mirándose al espejo. Secó las lágrimas que habían en su cara y salió de su casa.
Caminaba sonriente por la calle. Ya no había dudas en su cabeza, pero no porque estuviese inmersa en sus deseos, sino porque había encontrado el equilibrio. Ahora era capaz de ser feliz y al mismo tiempo hacer felices a los que quiere.
Nota: Este relato es mi forma de hablar de cómo las personas desarrollamos una doble vida a través de la cual vamos realizando las cosas que en verdad no deseamos hacer en la nuestra propia. Algunas personas se aferran más a esta personalidad alternativa y eso se convierte en un problema, pues llega a tomar más peso en su propia vida que lo que ellos mismos son. Si somos capaces de repudiar de este lado malo seremos libres de vivir nuestra vida.
Comentarios
El caso es que lo he leido a ratos en el curro entre despiste y despiste de los compañeros y no me kedao mu bien con los detalles, pero volvere a leer.
Un ToxiSaludo para los habitantes de la Ciudad Soledad y un ToxiBesito para el Alcalde.
Besitos....
Total, seguro que termino diciendo que es muy bueno y que me ha gustado, jeje... aunque sabes que siempre puedo hacer alguna crítica constructiva y tal. No apostaría por ello, pero nunca se sabe.
Alee, un saludete.
Que me ha gustado mucho Rá.
Un besiko!
Por cierto, a ver si te pasas por el mio cabritillo.
También te aconsejo que los diálogos los introduzcas con guiones y no con comillas, y aparte te he jipao alguna faltilla (creo que ha sido una "a" de "haber" sin hache.
Besitos!
por cierto tomás, es mejor que rá no explique nada.. imaginación al poder..
Yo veo bien lo de las comillas, incluso prescindiría de ellas y lo pondría todo seguido.. tal vez terminaría siendo un poco paranoia, pero, joer, que me gusta a mi.
Ma gustao, lo releeré.
el yin yang y to eso..
Para lo de los simbolismos soy un poco raro; me gusta dejarlos ocultos por si alguien los ve por su propia cuenta, aunque como ves cada vez meto más "pistas" para descubrirlos. Como dice Escarcha: "Imaginación al poder". Para lo de las comillas tomo nota ;) Besitos, toltuguita.
Escarcha, yo no digo que haya que desechar lo que fuimos. Si olvidamos nuestra parte mala, no habremos aprendido de ella. Pero sí que hay que darle el poder de decisión a la buena. Pienso que, irónicamente, una persona que se deja llevar por sus deseos no puede ser feliz.
Me parece que estamos hablando de cosas diferentes. No tienes por qué sentirte identificado con el relato. Quizás en tu caso sea como tú dices, pero en mi experiencia he encontrado bastantes personas así. Yo uno de ellos.
TENGO RAZÓN.
Vamos mas claro agua.
ToxiBesitos Siths!!
P.D: Resacon.....
BS
Ánonimo, gracias. No me enfado por las distintas opiniones y/o interpretaciones. Era más por conocer a Kornikabro y saber que intenta decirme lo que yo quería expresar con el relato, y no es lo que él ve. Por cierto, ¿quién eres? :D
BS
Escribe otra historia prnto plis! q kiero poner a prueba mi interpretación de las cosas raras que escribes jeje (con cariño eh?)
BS
Y bueno, por ahí decía Tomás que querías opiniones en plan guay y bueno, ya sabes que "en casa del herrero, amanece mojado" y no te voy a hacer una tésis, pero te puedo dar mi sincera opinión y alguna cosa más.
Si hay que clasificar el relato, yo diría que es un cuento fantástico simbolista del estilo "El Principito" o "El caballero de la armadura oxidada" (salvando las diferencias, claro). Narrativa muy correcta, ágil y funcional. Es decir, el peso -como suele pasar en los cuentos- lo lleva la idea principal, la moraleja que quieres trasmitir. Quizás ésta es algo obvia y, digo más, yo quitaría la nota final. Otro "pero" sería que, siempre a mi entender, has dado un pequeño paso atrás en cuanto a originalidad. Tu texto anterior era más "sorprendente" y ésta se ve venir casi al mirarla por encima, pero es casi normal en el estilo que está (y la extensión con la que cuentas).
Lo que me gusta es que eres capaz de manejarte en un buen ramillete de narraciones, desde Saint-Exupery hasta Alan Poe... pero bueno, siempre por debajo, la chupada de polla no llega a tanto, jeje.
Y bueno poco más. Este comentario lo leerás si sobrevives al finde asesino de Héroes en Zaragoza. Espero que te sirva para algo el mismo.
P.D: Las fotitos molan. Hasta en eso me parece a "El Principito", jeje.
El concierto increíble, y los días de vacaciones me han sentado genial. Muchas anécdotas y golpes de suerte. Pero el de Sevilla va a ser mejor, seguro.
¿Qué pasa cuando uno no se conoce en absoluto y no sabe qué esperar ni siquiera de sí mismo?
Esto pasa cuando una persona madura: se forja una escala de valores aprendiendo de la experiencia. Hay gente que se centra en el lado más egoísta, buscando el beneficio rápido; otros valoran más la calidad de los lazos interpersonales y reniegan de este lado. Estos últimos también pueden aprender a satisfacerse a sí mismos o evitar futuros daños valorando la parte más egoísta, al igual que los que se mueven más por deseos pueden calmar o disfrazar sus intenciones mediante la comprensión de la parte empática de la personalidad de la otra gente.
Pero los que van dando bandazos de un lado a otro aún no "han madurado "y pasarán de un extremo a otro sin definir nunca su propia personalidad.
Me ha encantado, no dejes de escribir y pese a lo que te digan los impacientes, no tengas prisa en hacerlo si lo haces realmente cuando te apetezca y creas que es el momento ideal.
1 besazo.
PD: Creo recordarr q es la primera vez q comento en tu blog!!que mala amiga soy....jeejjejje. Hasta la próxima!
Mari.
Lo que dices del entorno es correcto, pero también influyen otras cosas como ese miedo a desperdiciar tu vida si no haces determinadas cosas (que cuando maduras descubres que carecen de valor).