jueves, enero 18, 2007

Nemo, Rex Oblivii (ACTUALIZADO)

Siempre he tenido lo que he querido y nunca he querido nada. Qué divertidamente ambiguo puede ser nuestro idioma a veces, ¿verdad? Con está frase que vista desde una lógica formal significa una cosa e interpretada desde nuestro uso del lenguaje significa otra puedo resumir mi vida.He sido aventurero y cuidadoso, he sido sensato y alocado, rufián y caballero, extrovertido y el más tímido del mundo, he sido campeón y perdedor, optimista y depresivo... incluso alguna vez he sido yo mismo. He llevado mil máscaras que todo el mundo ha visto, pero nadie me ha mirado a esos ojos que nunca han cambiado. Y es que después de lo que llevo de vida nadie me ha conocido. Podéis preguntar a 100 personas que no habrá dos que no se conozcan y que os den una descripción idéntica. En cada grupo de amigos he sido alguien diferente. Puede que rescatando las cosas en común de cada uno se podría formar mi personalidad o al menos las partes fijas de ella.

Quizás por eso me siento tan vacío, puede ser que necesite que alguien sepa que existo. O quizás sea por la inapetencia que me dan las metas que me ofrece la vida. Hay gente que descubre un talento innato y lo explotan para ser los mejores. Hay otros que buscan la felicidad llegando tan lejos como puedan en experiencias acumuladas. Otros buscarán el amor en sus amigos o en su pareja. Yo todos esos caminos he empezado y ninguno he acabado, tan sólo una cosa no he dejado de hacer y es observar y conocer. Nunca me canso del conocimiento y aún siendo despreciable el poco que llevo acumulado es el suficiente para sentirme vacío, y cuanto más conozco mas solo me encuentro y menos ganas de seguir conociendo tengo. Pero sigo haciéndolo... ¿Quizás aún no he perdido del todo la fe en encontrar algo que me llene? No creo que sea eso. He sufrido el dolor de la esperanza al convertirse en traición, he visto como la fe en la amistad y el amor me han traído las puñaladas de la envidia y el deseo... no creo que queden muchas dudas en mi interior respecto a lo que espero de las personas. ¿Y qué caminos me deja la vida? ¿Seguir con la carrera que nunca tomé en serio? ¿Intentar alimentar algún talento largo tiempo olvidado? ¿Acumular aún más experiencias de las que la gente llama extremas? ¿Seguir sentado esperando que algún día me encuentre el amor?

Yo podría intentar ser feliz en la antigua Grecia, dedicando mi vida a la filosofía y al arte de la discusión. Podría sentirme a gusto en el Medievo, cuando no había documentos que te atasen y podías dedicar tu vida a vagar por los caminos de pueblo en pueblo sin nada más que tu ropa y tu ingenio. Pero nada de eso puedo hacer y quizás haya que tomar la decisión menos egoísta, que es el seguir el camino que nos ha marcado la sociedad e intentar ser el mejor en lo mío. Sacarme mi carrera y ser un brillante ingeniero y una buena persona, quizás así no tenga la felicidad pero sí pueda ayudar a encontrarla a quienes me quieren... O quizás sea eso mismo la felicidad.


Actualización: Pues no, me equivocaba. Hay que descubrir primero quién eres y si los caminos impuestos no forman parte de tu naturaleza, abre nueves sendas para llegar a tu lugar. Mucha gente que se ha sentido así descubrirá que hay más de lo que el mundo nos enseña cuando vea el camino que has abierto.